Por Agustín Olías.
Es difícil vivir sin trabajo. Se puede intentar vivir de la caridad, de los subsidios, depender de tu familia o meterte donde no merece la pena hacerlo. No es lo que la mayoría de nosotros queremos: a todos nos gusta trabajar, ganar el dinero necesario para vivir dignamente, organizar nuestra vida, ofrecer un futuro a nuestra familia. Pero no es fácil. Nunca. Y mucho menos si eres una persona inmigrante sin apoyos familiares, lejos de tu país y sin la ayuda necesaria: la dificultad de encontrar trabajo, un trabajo digno, se multiplica entonces por mil (o por un millón).
Para reducir esa cifra, Málaga Acoge trabaja en varios proyectos para que las personas inmigrantes que se acercan a la organización incrementen sus posibilidades de encontrar un trabajo. Uno de estos proyectos es el Club de empleo, desarrollado por el Área de Empleo y que en la sede de Málaga capital en calle Ollerías, 15 se ha multiplicado por tres: uno específico para jóvenes, otro para mujeres y uno más para adultos en general.
Una de las actividades del Club de empleo, incluido en el programa Sumando Esfuerzos y financiado por el Ayuntamiento de Málaga, es el curso Búsqueda de empleo efectiva. Para conocer detalles del taller, cómo se desarrolla y saber quiénes son sus alumnas y alumnos he visitado la sede de Málaga Acoge, donde me he encontrado que la sesión del día se llamaba Taller de Autoconocimiento, el segundo de este Club de empleo. Me recibe Pilar González, orientadora laboral de la asociación encargada del curso y con más de catorce años de experiencia en este campo. Me explica que lo desarrollan cada jueves y que está organizado en talleres monográficos que suelen durar un día, aunque a veces se necesitan dos jornadas.
Mientras Pilar prepara la documentación que va a usar y recoge las firmas, aprovecho para presentarme y preguntarles cómo les va el curso. Hoy son cuatro los asistentes, todos varones. Juan José es un hombre maduro. Es español, de Jaén para más señas. Estuvo en Colombia durante más de veinte años, dedicado al negocio de la hostelería. Pero las cosas se torcieron y hace varios meses regresó a España, encontrándose con una realidad muy dura y con pocas oportunidades.
Comienza entonces el taller. Un buen comienzo es tener muy claros los objetivos y Pilar lo explica muy bien: se trata de centrarse en “nosotros”, lo que nos favorece y lo que nos dificulta a la hora de buscar empleo. Los alumnos expresan lo que a ellos les favorece o dificulta. Para todos es fácil enumerar la lista de las “cosas” que les dificultan encontrar empleo: no conocer el entorno, no tener contactos, la edad, no saber inglés, la falta de oportunidades… En cambio, Pilar tiene que hurgar para que aparezcan aspectos que favorecen su búsqueda de empleo. Lo más interesante es cómo Pilar convierte las dificultades que plantean los alumnos en oportunidades que les pueden ayudar a encontrar ese deseado trabajo; o cómo plantea acciones para solventar o paliar las dificultades. Por ejemplo, la edad, que tanto preocupa a Juan José: hay ayudas para las empresas que contraten a personas de su edad. Este enfoque es sumamente motivador para los alumnos, levantándolos el ánimo.
Aunque, no a todos. Hoy Destiny está un tanto ofuscado. A pesar de su juventud, veintinueve años, de que sabe inglés (además de hablar un buen español), al joven nigeriano le cuesta entender las ventajas que esas circunstancias conllevan. Pilar lucha hoy contra su negativismo, aunque confía en él. Sabe que Destiny es constante, risueño, extrovertido y que, al final de la clase, estará con las pilar cargadas. Lleva varios años en España, trabajando en la construcción, pero ahora le es difícil encontrar trabajo y quiere cambiar, aprender otros oficios para tener más oportunidades de encontrar trabajo.
Continuamos con el taller. Pilar, aprovechando la melancolía de Destiny, aconseja no agobiarse ni dejarse vencer por los malos momentos. Para avanzar, a veces hay que parar. Y hace una admonición: Estar desempleado no es excusa para no estar actualizado en todo lo referente al sector en que uno está interesado en encontrar trabajo. Como tenemos tiempo, vamos a invertirlo adecuadamente: formarnos, estar actualizados, movernos, conocer gente…
Gersi es un enfermero venezolano que trabajaba en Caracas en el campo de las emergencias sanitarias, hasta que Cupido se cruzó en su camino y, en el 2012, le hizo venir a España ¡Ay, el amor! Me alegra poder escribir, aunque sea muy de vez en cuando, una historia personal donde el amor es uno de los protagonistas principales. Gersi practicaba carreras por las montañas y vino a Málaga a participar en una de ellas. Conoció a una malagueña de la cual se enamoró y acabó por instalarse aquí, donde reside desde el 2012, felizmente casado… ¡Con una enfermera! Pero la felicidad no es completa, ya que desde su llegada a España está en paro. Aunque no pierde la esperanza de encontrar trabajo en su profesión, pues le han convalidado el título y está apuntado en una bolsa de trabajo.
Dejo a Pilar que siga desarrollando el taller con sus alumnos y me voy con la sensación de que es importante una iniciativa de este tipo. El positivismo de los mensajes de Pilar, además de sus acertados consejos, tiene que afectar a la moral de Gersi, Destiny, Juan José y Alexander. Cuando estás buscando empleo en una situación tan difícil como la actual, una propuesta como el Club de emplo ayuda a mantener el tipo y no hundirse en la miseria.
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