Por Agustín Olías*
Hoy vamos a conocer a una voluntaria que realiza un trabajo en nuestra organización que, en un primer momento, podríamos pensar que no es muy importante. Pero no es así; más bien todo lo contrario. Estamos hablando de la labor de acogida. Veamos lo que nos cuenta nuestra voluntaria:
Se llama Carmen Berlanga, joven psicóloga malagueña, solo veinticinco años, que terminó la carrera hace tres años y desde hace tres meses ejerce de voluntaria de Málaga Acoge en la sede de Bustamante de Málaga, en Acogida.
¿Cómo entraste en el mundo del voluntariado?
Llevo haciendo voluntariado desde los veinte años, en varias asociaciones y en periodos más o menos prolongados, dependiendo del proyecto. Por ejemplo, estuve un año en Cruz Roja. Hacía talleres dirigidos a mujeres en dificultad social, además de temas puntuales como recogida de alimentos o echando una mano en algún festival solidario.
¿Por qué ahora en Málaga Acoge?
Cuando terminé la carrera fui a Sevilla a estudiar un máster (Psicología de la Intervención Social y Comunitaria). Cuando terminó mi trabajo en Sevilla volví a Málaga y, a través de una amiga, me interesé por Málaga Acoge, a quien ya conocía a través de las redes sociales. Busqué más información, me resultó muy interesante el trabajo que realiza y me acerqué.
Decidiste sumarte a la labor de acogida, ¿por qué?
Cuando hice la entrevista para entrar en Málaga Acoge, me llamó la atención el trabajo de acogida. Es un puesto donde es necesario conocer bastante bien a la asociación, así en general, cómo está organizada, qué temas lleva adelante y qué temas no. Conoces todos los programas que hay. Es fundamental, porque tienes que saber, cuando atiendes a una persona, si la podemos ayudar o no, y si la podemos ayudar, qué departamento lo puede hacer. Tienes que orientarla. Me pareció un buen sitio para conocer a la asociación y así, si más adelante quería trabajar en otro programa, podría hacerlo con conocimiento de causa.
Carmen empezó viniendo a Málaga Acoge dos días a la semana, uno con otra voluntaria para familiarizarse con el puesto y para aprender; en la actualidad viene un día a la semana y está sola recibiendo a nuestras personas usuarias.
¿Hay alguna petición, situación o problema que te plantean que destaque por su número?
Las personas vienen con preguntas de todo tipo, pero claramente destacan las relacionadas con orientación laboral y temas jurídicos.
¿Solemos dar respuesta positiva a los temas que nos plantean las personas usuarias que llegan, o las tenemos que desviar a otras asociaciones o estamentos oficiales?
En temas de empleo casi siempre podemos darles una cita con nuestras técnicas, que es el primer paso que hay que dar. Pero también, y es muy interesante, damos información sobre otras opciones que existan para la necesidad de las personas que nos llegan y que nuestra asociación no trabaja.
¿Cómo percibes a las personas que nos llegan a la sede de Bustamante?
En muchos casos, es lo perdida y agobiada que está la gente, lo difícil que es encontrar una salida; no saben qué hacer. Por ejemplo, si les retiran las ayudas y no saben donde acudir. También detecto la ansiedad que les produce cuando se les da unos plazos larguísimos para necesidades que tienen del día a día. Quizás sea lo que podría destacar: la ansiedad que se percibe en sus situaciones, la necesidad que, a veces, tienen de obtener una respuesta o una actuación inmediata. Creo que los servicios que hay, en general, no tienen las soluciones rápidas que las personas inmigrantes necesitan.
En cuestión de idiomas, ¿has tenido muchos problemas a la hora de entenderte?
Es un problema, desde luego, pero casi siempre nos entendemos. Por ejemplo, si hablan inglés, yo lo hablo. Si hablan solo árabe, tenemos la ayuda de Rabía (técnica de Málaga Acoge), que cuando está, en mi caso siempre ha estado, es la salvadora de la situación. Otras veces viene alguien que habla un poco de español, en fin, salimos adelante.
¿Qué sugerencia harías, dentro de que llevas pocos meses de voluntariado, para mejorar el tema de acogida?
Una situación incómoda para las personas usuarias es que, en momentos puntuales, se pueden juntar varias y no puedes atenderlos a todos a la vez, te ves desbordada. Una solución sería que hubiese más personas voluntarias en Acogida, especialmente en momentos que sabemos que suele venir más gente.
¿Qué pasaría si no hubiese personas voluntarias realizando el trabajo de Acogida?
(Esto es una llamada a personas interesadas en ser voluntarias de Málaga Acoge, que sepan lo importante que es este puesto en nuestra organización.)
Yo diría que Acogida es un muy buen programa donde hacer voluntariado; hace falta gente. Si no, sería una locura. Tendrían que ser las técnicas quienes atendiesen a las personas usuarias, pero las técnicas tienen su trabajo en otros proyectos, y no pueden dejar ese trabajo para atender a las visitas.
Hay que tener en cuenta que cuando viene una persona inmigrante por primera vez, es necesario tiempo y paciencia por nuestra parte para que la escuchemos, entendamos su problema, le expliquemos lo que puede hacer y solventar las dudas que le surjan.
¿Cómo te sientes tras estos tres meses de voluntariado? ¿Contenta de haber elegido Acogida para realizar tu trabajo?
Sí, estoy muy contenta de la elección; es cierto que al principio, a veces, me sentía un poco agobiada por lo que hemos estado hablando, pero hay mucho apoyo por parte de las técnicas que hay en la sede. Cualquier duda o pregunta que te surge, siempre hay alguien que te echa una mano, que te orienta, que te dice lo que tienes que hacer. Me he sentido muy arropada por las compañeras.
Hay muy buen clima laboral y humano.
¿Recomendarías a la gente, en general, que hagan voluntariado?
Por supuesto, sí. Yo he hecho voluntariado durante varios años y me ha aportado muchísimo, estoy muy contenta. Aunque sea una tarea que te parezca “poca cosa”, tú aportas y vas a recibir también algo. Te llevas cosas personales y profesionales, cada una en su ámbito, además de experiencia. Aprendes muchísimo sobre valores, comportamientos y necesidades humanas.
La entrevista llega a su fin. Agradezco a Carmen el tiempo que nos ha dedicado y, sobre todo, el tiempo que dedica como voluntaria; esta joven que “de mayor” quiere dedicarse a la intervención social pero, según sus palabras: “sé que es difícil, porque veo que hay poca oferta para la demanda existente. Se da mucha carga a las trabajadoras y trabajadores que hay, hablo en general; es necesario que salgan más plazas, públicas o privadas, porque hace mucha falta.”
Carmen es también voluntaria en el programa de apoyo a familias que llevamos a cabo con la Fundación «la Caixa».
*Agustín Olías es voluntario del Área de Comunicación de Málaga Acoge