Ana María viajó a España junto a su hijo pequeño desde Venezuela. El 21 de julio de 2016. «Jamás se me olvidará. Faltaban quince días para que mi niño cumpliera 3 años». La inseguridad y carencias imperantes en su país le obligaron a dejar atrás una vida en la que el salario de su trabajo como ingeniera química no le alcanzaba para cubrir sus necesidades. Ana María, que no se llama así porque prefiere un seudónimo vive en Antequera y es una de las mujeres que venimos apoyando en la sede de Málaga Acoge en esta localidad.
Al otro lado del teléfono se adivina su sonrisa en estos días de confinamiento, aunque reconoce que a veces pierde los nervios por llevar «tanto tiempo de encierro». Cuenta que su hijo echa mucho de menos el colegio y que a la hora de los aplausos «se para en la ventana y grita: ¡quiero saliiir!»
Hasta que empezó el estado de alerta Ana María había encadenado trabajos esporádicos en distintas empresas de Antequera en el área logística, de envasado, como operaria, también de dependienta en una tienda y como ayudante de cocina. Esta crisis la ha sumido, reconoce, en una situación «muy difícil, porque si ya antes encontrar trabajo resultaba cuesta arriba, ahora con el coronavirus…».
Para hacer más fácil su camino hacia el empleo, participó en Málaga Acoge Antequera en cursos como el de manipulador de alimentos y tampoco se perdía ninguno de los talleres de nuestro programa dirigido especialmente a mujeres.
Ana María y su hijo son unas de las familias beneficiarias de las “Becas Comedor En Casa de Educo”, un apoyo económico que esta entidad está brindando a familias vulnerables para la alimentación de sus niños y niñas. «De Acoge nos van a dar una ayuda para comer», cuenta Ana María que le dijo a su hijo, a lo que este enseguida contestó: «¿Y mamá…tú me puedes traer fresitas?». Para Ana María, esta ayuda para alimentación es “muy importante”, ya que “estamos angustiados y con incertidumbre sin saber bien cómo vamos a salir adelante”.
Esta ayuda para alimentación es muy importante en estos momentos en los que estamos angustiados sin saber cómo vamos a salir adelante
A Ana María le gusta cocinar, pero sin prisa. Ahora lo hace todos los días, evitando frituras y enlatados, y sobre todo, comida venezolana, aunque reconoce que su hijo «es todo un españolito» y le encanta «el mollete con su aceite». También le gusta mucho el brócoli y la coliflor.
En la entrada de su casa en Antequera, en la que también vive con su hermano, ha puesto un cubo con lejía diluida y siempre dejan los zapatos al lado de la puerta cuando llegan de comprar, a donde solo ha salido tres veces desde que empezó el estado de alarma. «Hasta las llaves se me están oxidando de limpiarlas con tanta lejía», observa.
Ahora, dice Ana María, «mi hijo anda ilusionado porque escuchó por la tele que el 27 va a poder salir a la calle». «¿Mamá, te acuerdas de cuando estudiaba en mi cole», cuenta que le pregunta a veces con esa especial noción del tiempo que tienen los niños pequeños.
Igual que al hijo de Ana María, Málaga Acoge está apoyando a otros 130 niños, niñas y adolescentes de la provincia gracias a las “Becas comedor en casa de EDUCO” un proyecto en el que contribuimos a garantizar su alimentación y también colaboramos en su atención educativa.
Durante este periodo de emergencia seguimos apoyando a las personas y familias que lo necesitan por vía telefónica en Antequera, Málaga, Fuengirola y Torre del Mar.
Ayúdanos a apoyar a las personas más vulnerables que lo están pasando mal en esta crisis. Con tu colaboración contribuirás a mejorar la situación de muchas familias que atendemos en Málaga Acoge. Dona AQUÍ.