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por Agustín Olías*
Por fin llegamos a la fecha tan deseada por muchas de las personas que acuden a Málaga Acoge: el comienzo de los cursos de español. La noticia ha corrido como la pólvora entre las personas interesadas y hemos recibido muchas, muchísimas solicitudes; más de las que podemos atender. Son las 10 de la mañana del agradable jueves 14 de octubre; he llegado a la parroquia de San Pablo, en la calle del mismo nombre de la ciudad de Málaga. Aquí se van a impartir las clases de español por las mañanas, ¡muchas gracias al señor párroco por permitirnos utilizar dos salas para ello! Me encuentro con Carmen, nuestra coordinadora de toda la “intendencia” para que las clases se desarrollen.“A esta hora empezamos con los dos primeros grupos; luego, a las 11:30 empezarán los dos siguientes. Por la tarde se darán las clases a otros tres grupos más, pero ya será en nuestra sede de Bustamante. En total son siete grupos, con seis o siete alumnas/alumnos por grupo.”
Dejo a Carmen en la puerta de entrada, recibiendo a las alumnas y alumnos y subo al primer piso donde están las dos pequeñas salas que servirán de espacio para impartir las clases, respetando las medidas de seguridad impuestas por la Covid. Encuentro a Pilar y Carmina, nuestras profesoras de estos dos primeros cursos, organizando a las alumnas y alumnos que llegan, la mayoría gente joven. Tras permitirme hacerles algunas fotos, cierran las puertas y ¡las clases comienzan! Bajo a la puerta, donde Carmen, listado en mano, espera a que aparezca alguna alumna o alumno más. Aprovecho para que nos comente algún detalle de este curso que hoy comienza: “En total, para todos los grupos, tenemos cuarenta y seis alumnas y alumnos y una lista de espera larguísima.”
Me intereso por el tema del profesorado. Por lo que he visto en años anteriores, la mayoría de profesoras y profesores es gente jubilada. ¿Sigue siendo esto así?
“Ahora mismo el equipo de personas voluntarias para impartir estas clases consta de ocho personas, siete mujeres y un hombre. Yo me incluyo, pero en principio voy a hacer de coordinadora, no voy a dar clases. Casi todas son personas jubiladas. La semana que viene quizás se incorpore otra voluntaria. ”
¿Cómo es que no hay gente joven voluntaria? «Sí hemos tenido, pero esporádicamente. Lo habitual es que cambien las circunstancias que les permiten emplear su tiempo en dar clases, como por ejemplo, que alguien esté desempleada y le salga un trabajo, o que tenga que irse de Málaga por alguna circunstancia personal o laboral. Lo que ha sostenido las clases de español han sido, históricamente, personas jubiladas.»
Profesorado voluntario
Hay que recordar que las clases de español no reciben ningún tipo de subvención ni ayuda económica; es decir, se realiza solo con personas voluntarias.
En estos dos grupos que hoy empiezan hay “repetidores y repetidoras”. Por ejemplo la mujer que llega ahora, un poco tarde, mientras Carmen y yo hablamos. Carmen me comenta que esta señora es el sexto año que asiste a nuestras clases. “Algunas de estas mujeres maduras están viniendo durante diez años. Aprenden con mucha dificultad. Su propia cultura es muy restrictiva: sus costumbres, su casa, su familia, su rutina. También son gente que no ha tenido oportunidad de ir a la escuela, a veces no saben escribir en su propio idioma y el aprendizaje se les hace duro. Las clases, además de para aprender español,se convierten para algunas de ellas en un espacio de socialización, de encontrarse con compañeras. De hecho, los grupos que se cohesionan más son los grupos de mujeres. Por ejemplo, si la clase es de seis mujeres, acaban haciéndose amigas, teniendo allí su espacio para comunicarse y aprender.“
Recordamos el boom que hubo, hace unos años, de mujeres y hombres provenientes de países del Este de Europa que asistieron a los cursos de español de Málaga Acoge. Entre ellas y ellos había gente con titulación universitaria, con hábito de estudiar y, por lo tanto, con más facilidad para aprender. “Ahora, como tenemos escasez de profesoras y profesores, lo que hacemos es definir cuatro niveles. En los niveles 3 y 4 incluimos a gente que tiene recursos para acceder con más facilidad al aprendizaje, por lo que decíamos antes: formación de algún tipo, cultura de estudio, etc. Estamos priorizando los niveles 1 y 2, que son los que, creemos, tienen más dificultad para aprender español.”
Agradezco enormemente a las compañeras voluntarias el trabajo que realizan enseñando español a estas personas que tanto lo necesitan. Quiero finalizar con unas palabras de Carmen:“El idioma es una barrera grandísima para cualquier persona que llega de fuera y no hable español. Aislamiento, complicaciones, dificultad para encontrar trabajo, imposible integración. Es la vía de acceso a todo, es poderte comunicar, pedir lo que necesites, buscar recursos …”
*Agustín Olías es voluntario del equipo de Comunicación de Málaga Acoge.