Quedamos con Arantza Lozano y María Luque, dos chicas que desde abril realizan el voluntariado en el departamento de Vivienda y Alojamiento de Málaga Acoge, uno de los más demandados de la asociación · Facilita el alquiler de viviendas en condiciones dignas a las personas inmigrantes que se encuentran en situación de exclusión social
“Es un complemento a mi vida, a mi me hace mucho bien y me siento muy bien al dedicar parte de mi tiempo al voluntariado”, explica María Luque cuando le preguntamos por su motivación para entrar a Málaga Acoge como voluntaria. Para ella, la entidad “era una opción más”, aunque la convicción de que “en los tiempos que corren la población inmigrante es bastante vulnerable” la ha llevado hasta aquí. Por su parte, Arantxa confirma lo que dice María: “El voluntariado es algo que siempre tiene una contrapartida personal y es que tú lo haces porque te sientes muy bien”. Cuenta que tuvo el interés de hacer el voluntariado en Málaga Acoge porque “siempre he sido muy sensible al tema de la inmigración, a parte, conozco mucha gente… Tengo amigos inmigrantes con muchos problemas y bueno, me apetecía hacer algo ya”.
En el departamento de Vivienda y Alojamiento ellas se encargan de ir a los pisos, organizándose con el resto del personal implicado, y ven si se ha hecho la comida, que la casa se mantiene limpia y que está todo en orden. Además, explica María, su labor es “estar allí con los chicos y las chicas por si necesitan hablar, por si tienes que acompañarlas a algún sitio, es un poco estar ahí”.
Arantza estuvo antes haciendo otros voluntariados, “en un piso de acogida de mujeres víctimas de violencia de género y también he estado en Centroamérica casi cuatro años en temas de cooperación al desarrollo”, cuenta. María también había colaborado ya antes en algunas asociaciones juveniles y de animación y ahora, al mismo tiempo que es voluntaria en Málaga Acoge, también dedica su tiempo libre a un comedor social.
¿Por qué en este departamento? “Cuando vine a hacer la entrevista, me preguntaron sobre en qué departamentos me gustaría trabajar; yo lo hice al revés, dije dónde no me apetecía trabajar y me ofrecí sobre todo en el departamento Jurídico, por mi formación. Aunque estaba totalmente abierta a colaborar en cualquiera», dice María. «Me comunicaron que las necesidades eran más en este departamento de los pisos. Y me parece estupendo”, concluye. A Arantxa le ocurrió lo mismo: “Realmente no conocía el departamento de pisos, yo tenía un concepto diferente. Creo que me lo comentaron cuando me hicieron la entrevista y dice que no me importaría pero no era mi prioridad. Mi prioridad era Prisiones aunque me llamaron para este departamento y ahora me alegro un montón”.
Arantza asegura que el día a día no es fácil “porque los chicos que están en los pisos cada uno viene de un sitio, de un país, con costumbres distintas y a veces se cierran entre ellos”. Nos cuentan además que por ello, justo después de esta entrevista, tendrá lugar una convivencia en la que mientras meriendan todos juntos intentarán que entre ellos se comuniquen, se tenga más contacto y se conozcan.
Para ambas realizar un voluntariado es una opción personal. “Estas cosas se hacen porque uno quiere, te tiene que salir”, piensa María y añade que “si tuviera que animar a alguien a hacer un voluntariado le diría que aporta bastante en la vida individual de cada uno, en el plano personal y después si no gusta se puede dejar”. Arantza, sin embargo, dice que realmente no animaría a nadie a hacerlo. «Creo que es algo muy personal y cada uno tiene que llegar a él”, aunque “lo que si digo es que si alguien tiene esa inquietud que no deje de probarlo, si alguien quiere hacer algo porque ve que algo no le gusta o cree que hay algo que se puede hacer o que se puede cambiar que lo intente porque realmente como dice María te vas a sentir reconfortado. Aunque tú sabes que eres un granito de arena y que no vas a cambiar la sociedad, al menos parece que luchas un poco contra ella, al menos no sigues la corriente y esa parte reconforta. A mí personalmente me reconforta”.
Para ellas el acceso a la vivienda hoy en día está, como dice María, “complicado» para las personas que son de España. «Más para los inmigrantes. Y no es sólo la vivienda, sino también el acceso al trabajo. Es que si tú no tienes un acceso al trabajo, no tienes una manera de vivir, te es difícil acceder a todo y a la vivienda… Pues imagínate».