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El último videopodcast de Málaga Acoge, nos invita a mirar de cerca el trabajo de nuestro Área Social y su compromiso con una atención integral a las personas en situación de vulnerabilidad. Lejos de una visión asistencialista, desde la asociación se defiende un enfoque comunitario, que involucra a toda la sociedad y reconoce que las causas de la exclusión no son individuales, sino estructurales.
Durante la conversación, que tuvo lugar como en veces anteriores en Onda Color Comunitaria, se escuchó el testimonio de una pareja brasileña acompañada por Málaga Acoge que, tras vivir momentos muy difíciles al llegar a España, encontró en la entidad un apoyo esencial para reconstruir su vida. Su historia refleja cómo la ayuda se traduce no solo en recursos materiales, sino en acompañamiento, formación y escucha.
Las técnicas de Área destacaron que el principal problema social que afrontan actualmente las familias es el acceso a la vivienda. En Málaga, los precios desorbitados, los abusos en los alquileres y las trabas discriminatorias contra personas migrantes —como la negativa a empadronarlas pese a pagar un alquiler— generan vulneraciones de derechos básicos como la sanidad, la educación o las prestaciones sociales.
También se abordó la situación de las personas sin hogar y el creciente número de familias sin alternativa habitacional. Desde Málaga Acoge se insiste en que “todo empieza por una vivienda”: sin un hogar donde dormir y descansar, no puede haber inclusión ni estabilidad personal ni familiar.
El videopodcast, enmarcado en la serie por el 35 aniversario de la entidad, se puso además en valor la importancia del trabajo en red con otras entidades sociales y administraciones públicas para ofrecer respuestas coordinadas y evitar duplicidades. Las participantes reivindicaron más recursos y una intervención comunitaria real que vaya más allá de los “parches”, apostando por un acompañamiento profundo y sostenido.
Finalmente, se subrayó el papel imprescindible del voluntariado dentro del Área Social como en el resto de áreas. Personas que, con su tiempo, experiencia y compromiso, hacen posible llegar a cientos de familias cada año. En 2024, la entidad atendió a casi 4.000 personas, una cifra que, como dijeron en el programa, “alegra por el trabajo realizado pero duele por la necesidad que todavía existe”.
Durante el programa intervino nuestras compañera Ana María Taborda, del equipo de Educación que acompaña a unos 50 niños, niñas y adolescentes con apoyo escolar y actividades de ocio en coordinación con el Colegio San José de Calasanz. Más allá del refuerzo educativo, el proyecto busca ofrecer un espacio de escucha y confianza, fomentando valores y participación comunitaria.
Se destacó también el testimonio de Romaisa, una joven de 16 años que lleva más de seis años vinculada a Málaga Acoge. En su mensaje, compartió cómo la entidad ha sido clave en su crecimiento personal y cómo este verano vivió la experiencia de colaborar como monitora en las colonias de verano, afianzando su sueño de ser maestra de infantil. Su historia resume el impacto del trabajo educativo en la autoestima, la integración y el empoderamiento de la juventud acompañada.
Ana recordó además la próxima campaña Magos de Oriente, en la que voluntariado y ciudadanía se unen para repartir ilusión entre los menores con menos recursos. Cada año, más de un centenar de cartas escritas por niños y niñas atendidos por la entidad son apadrinadas, convirtiéndose en gestos de solidaridad que refuerzan el sentido comunitario de este proyecto educativo.
El videopodcast profundizó en una de las áreas menos conocidas de Málaga Acoge: el trabajo con personas privadas de libertad. Carmen Cano, trabajadora social dedicada a este proyecto, explicó cómo desarrollan su labor en los tres centros penitenciarios de la provincia —Alhaurín de la Torre, Málaga II en Archidona y el Centro de Inserción Social Evaristo Martín Nieto (CIS) de Málaga— con especial atención a las personas extranjeras.
La conversación contó con la participación de Isabel Anaya, trabajadora social de la Casa de Acogida Nuestra Señora de las Mercedes de Cáritas Diocesana, que colabora estrechamente con Málaga Acoge en este ámbito. Ambas destacaron las especiales dificultades que enfrentan las personas extranjeras en prisión, que viven una «doble condena»: además de cumplir la pena por el delito cometido, se enfrentan a problemas específicos relacionados con la documentación, la renovación de permisos de residencia y la falta de apoyos familiares. Señalaron que muchas veces los profesionales del ámbito penitenciario desconocen los complejos procedimientos de Extranjería, lo que dificulta enormemente el trabajo de reinserción. Por ello, desde Málaga Acoge ofrecen formación constante a equipos técnicos, apoyo jurídico especializado y coordinación con consulados para facilitar la renovación de documentos desde prisión.
El trabajo incluye también talleres para mejorar la calidad de vida dentro de los centros —como el taller de ajedrez en Archidona o el de nuevas masculinidades en el CIS— y actividades culturales como visitas al Museo Picasso para personas en tercer grado.
Ambas profesionales coincidieron en la necesidad de combatir los prejuicios existentes hacia este colectivo. Como explicó Isabel Anaya, «ser extranjero es a veces doble condena» por las dificultades adicionales que enfrentan. Sin embargo, su experiencia demuestra que muchas personas extranjeras en prisión mantienen vínculos familiares sólidos en sus países de origen y, contrariamente a los estereotipos, a menudo presentan menor problemática social asociada.
Las participantes subrayaron que la reinserción no es solo un derecho individual, sino un beneficio para toda la sociedad. Facilitar segundas oportunidades, acceso a vivienda, empleo y documentación regular reduce la reincidencia y contribuye a la cohesión social.
Retos de futuro
Como principales desafíos identificaron la necesidad de más recursos para centros penitenciarios y ONG, garantizar que las personas privadas de libertad no pierdan sus derechos —especialmente en salud mental—, y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de las segundas oportunidades.
El programa cerró con un llamamiento a desarrollar mayor conciencia social, salir de los prejuicios y apoyar tanto con voluntariado como con recursos el trabajo con colectivos vulnerables y estigmatizados.
A continuación compartimos el videodpodcast:





