por Agustín Olías*
Me encuentro en la sede de Málaga Acoge en Fuengirola, donde voy a hablar con una mujer que acompañamos y que tiene un nombre muy original, por lo menos para mí: Semiramis. Me suena misterioso, mítico, sugerente, bonito. Ella nos explica su posible procedencia:
Semiramis fue una figura legendaria de la antigua Babilonia. Algunas fuentes la sitúan como su fundadora. Otras la colocan como esposa de Nabucodonosor, famoso rey babilónico que mandó construir los jardines colgantes de Babilonia en su honor; y otras la identifican como mujer de un poderoso rey que, cuando murió, heredó el trono, siendo la primera mujer en dirigir un ejército de hombres.
En cualquier caso, es un nombre con historia, de hace unos 5.000 años. La pregunta me surge de inmediato: ¿Cómo su familia le puso este original nombre, siendo ella venezolana?
Se lo debo a mi abuelo, que era un hombre muy culto, enamorado de la lectura y con una biblioteca muy grande; fíjate que tiene 92 años y sigue leyendo. Necesita ponerse los lentes y además una lupa y sigue leyendo en su móvil.
Tras esta “histórica” presentación, vamos a temas más actuales, como qué razones impulsaron a Semiramis a venir a España, dejando su Venezuela natal.
Llegamos a España en el 2017, porque este país nos dio la oportunidad del asilo político. Salimos de Venezuela por motivos ajenos a nuestra voluntad, por razones políticas, como te puedes imaginar. El Gobierno tomó la decisión de armar a los clanes y a las personas que no estábamos de acuerdo con él y nos acechaban, nos molestaban.
¿Teníais algún contacto aquí, alguna referencia?
No, no teníamos ninguna referencia. Ya había venido en el 2005, una semana en Barcelona, con una amiga de vacaciones. Me gustó mucho España. Pero realmente el motivo de venirnos aquí para vivir fue que me enteré de que España estaba brindando asilo político a las personas que salían de Venezuela por motivos políticos.
Semiramis y su familia cumplirán nueve años de estancia en España en abril de 2026. Pero no fue Málaga adonde llegaron en primer lugar.
Cuando pides asilo político te envían al sitio donde haya plaza. Al principio estuve en el norte, viví tres años en Soria. La verdad es que fue un reto, una ciudad muy pequeña, una que está a gran altitud, con unos inviernos muy duros. Pero no hubo más remedio que acostumbrarse a la altitud y al frío. El caso es que al no estar tu cuerpo acostumbrado al clima, te aparecen enfermedades nuevas.
¿Cómo ha sido tu evolución desde Soria hasta Málaga?
Mis hermanos y yo vinimos juntos, pero se establecieron en Málaga y cuando me salió una oportunidad de venir no lo pensé y me vine. Aquí estoy desde hace cinco años.
Inesperadamente entra en la sala una joven, a quien me presenta como su hija, Verónica, que se ha acercado a entregar unos documentos en Málaga Acoge. Y, ya de paso, se queda a escuchar esta entrevista.
¿Cómo entraste en contacto con Málaga Acoge?
Porque mi hija, no ésta, sino la mayor, que me hizo abuela, estaba pasando por un momento de depresión post parto y yo estaba un poquito desesperada buscando ayuda y algunas veces vas al psicólogo, a uno, a otro, pero yo quería personas que tuviesen sensibilidad, empatía, de poder conectar contigo en situaciones específicas; yo buscaba entidades que trabajasen con personas que tuviesen problemas de depresión o que hubiesen sido víctimas de violencia por parte de su pareja.
Y Semiramis localizó Málaga Acoge.
Vine con ella y la trataron muy bien. Me pasaron la información sobre los cursos que estaban impartiendo a personas extranjeras viviendo aquí, que no tuviesen trabajo fijo, que no tuviesen estabilidad económica; el caso es que ella, mi hija se apuntó a un curso de ventas organizado por Málaga Acoge, al cual también asistí yo.
¿Te ayudó el curso a encontrar trabajo?
Siempre es muy complicado encontrar trabajo, pero a veces se dan circunstancias que hacen que lo encuentres. En mi caso fue que tengo una amiga que trabaja en Securitas Direct, hablé con ella y me llamaron para una entrevista, y bueno, como lo último que había hecho era el curso de Ventas, pues no sé si influyó mucho o poco, pero todo va sumando y me contrataron.
Con Málaga Acoge, ahora mismo, ¿mantienes alguna relación?
Sí, mantengo el contacto con las chicas, vía whatsapp, realmente el contacto nunca se pierde.
¿Tus hijas también han participado en alguna actividad organizada por Málaga Acoge?
Mi hija terminó de estudiar, hizo el curso conmigo en Málaga Acoge y también la llamaron de Securitas Direct, pero como tenía una bebé muy pequeña no podía compatibilizar todo, porque el trabajo es de horario partido.
¿Cómo ves tu futuro y el de tu familia aquí en España?
Yo siempre soy una persona optimista. Cuando vienes de un país donde has vivido crisis muy grandes, como las que nosotros hemos vivido, desarrollas una resiliencia, una capacidad de aguantar muy grande; eres muy optimista, porque es eso o todo lo contrario. Siempre que miro al futuro veo que las cosas van a ir mejor, que todo nos ayuda para bien.
Pensando en personas en situación de vulnerabilidad, especialmente mujeres, qué les dirías sobre Málaga Acoge.
Mi recomendación a esas mujeres es que acudan a Málaga Acoge. Aquí van a conseguir apoyo moral, apoyo social, encontrarán personas con una especial empatía y sensibilidad ante situaciones de vulnerabilidad. Encontrarán personas que están siempre abiertas a ayudarte con un compromiso social muy bonito; y permíteme decir que yo siento un agradecimiento especial a la psicóloga de Málaga Acoge de Fuengirola, me parece una chica fantástica.
Dicho queda. Muchas gracias por el tiempo que nos has dedicado, ha sido un placer hablar contigo.
*Agustín Olías es voluntario de Comunicación de Málaga Acoge.