Se oyen risas en la sala donde José Damián e Isabel enseñan español cada lunes y miércoles en Torre de Mar. Luba, Kadija, Fátima, Heide… de Rusia, Marruecos o Alemania son algunas de las alumnas de esta pareja de voluntarios solidaria y comprometida. Él afirma que en las clases se lleva más de lo que enseña, «aprendo más que ellos». Isabel está convencida de que «este es un momento importante para hacer voluntariado» porque «es preciso posicionarse y ponerse del lado de los más desfavorecidos».
-La primera receta es de garbanzos fritos ¿Sabemos lo que son los garbanzos?, pregunta José Damián mientras reparte unas fotocopias y terminan de llegar los alumnos y alumnas. Maestro jubilado, estudió Matemáticas y trabajó en escuelas de Madrid, Granada y Málaga siempre tratando de salirse de lo tradicional e innovar en su forma de enseñar. Fue Maribel, médica jubilada, también voluntaria en primera acogida, quien le animó a sumarse a nuestro voluntariado: «Le convencí para que viniera. Es un profesor muy creativo», dice mirando cómplice a Jose Damián. «Somos una especie de Epi y Blas, nos parecemos muchísimo».
En el grupo hay dos niveles: los que no saben nada de español, pero han escrito en su lengua – porque han ido a la escuela en Rusia, Alemania o Marruecos, por ejemplo, y otro, en su mayoría mujeres marroquíes no alfabetizadas en su idioma, pero que hablan bien castellano. «Cuando empecé a dar clases de español, hace ya dos años, me llamó mucho la atención el tema de enseñar a leer», explica Jose Damián quien reconoce que siempre ha sido «un loco» de los métodos de lectura y que esta semana ha estado reestructurando uno para la clase.
Isabel asegura que lo que ves en las clases, la diversidad de personas y realidades que encuentras «te abre mucho la cabeza en todos los sentidos». Considera «muy importante» lo que se aprende de la gente y «verles reir» a pesar de todos los problemas a los que sabes que tienen que hacer frente. Jose Damián dice que las clases suponen también un espacio para que se relacionen entre ellas: «Heide, la mujer alemana recoje con su coche a Jadiya para venir a clase», apunta.
Mientras Isabel dice que lleva «toda su vida haciendo voluntariado», para Jose Damián es la primera vez y no duda que animaría a otras personas a sumarse a esta labor solidaria. Ella coincide con él en «es momento de definirse y tomar partido» en favor de los que más lo necesitan.




