Suenan las monedas de los pañuelos anudados a sus cinturas y el ruido blanco del palo de lluvia. La música árabe y clásica inunda una de las salas de nuestra sede de calle Ollerías en Málaga donde un grupo de mujeres cuenta sus historias con el cuerpo a través del baile. El taller Navegando por la Igualdad, impartido por la profesora y bailarina Clara Benítez de la Asociación El Cisne que hay en ti, parte de la leyenda de una mujer que cuenta mil y una historias a su marido para salvar su vida y las de otras como ella. Sherezade es su nombre y todas las noches utiliza su oratoria para decir no a la violencia machista.
Las mujeres participantes, que apoyamos a través de nuestras áreas de Protección Internacional y Género, expresaron sus sentimientos mediante el movimiento construyendo juntas una coreografía que fusionaba la danza clásica y oriental.
El taller arrancó con la presentación de las participantes, de distintas procedencias, entre ellas también una niña de 6 años, hija de una de las mujeres. Sentadas alrededor de dos telas azul y rosa desplegadas en el suelo, evocando una el mar, otra el corazón. Una a una fueron diciendo sus nombres y tres emociones que sentían en el momento. «Emocionada, tranquila y feliz», dijo la pequeña que poco antes había dejado claro que quería «ser bailarina».
De Perú, Marruecos, Colombia o Venezuela, las mujeres alzaron los pañuelos rosa y azul sujetándolos de las esquinas y formando dos estrellas al cambiarse de lugar; después inventaron cada una un movimiento con el palo de lluvia que más tarde emularían todas pasándose una a otra el instrumento con sonido de agua, navegando juntas.
En otra danza, algunas con los pies descalzos, anudaron pañuelos de monedas blancos y negros en sus cinturas y prendieron gasas de sus muñecas para bailar con movimientos más o menos ondulantes. Se hicieron pasos de ballet clásico con velas en las manos y ejercicios para mantener el equilibrio. Hubo aprendizaje, unidad, risas y complicidad. «Entre todas es más fácil construir», afirmó Clara. «Nos ha encantado y relajado», comentaron al término algunas de las mujeres. «Me lo he pasado bomba», aseguró la niña.
Para finalizar el taller se alzó una tela violeta que simbolizaba la unión de los colores azul y rosa, el violeta de las mujeres valientes que, como Sherezade, cuentan sus historias para salvarse y salvar.
Este taller, que forma parte de una serie de actividades de arteterapia que se vienen realizando (pintura, cerámica, teatro…), se enmarca en nuestro programa Acción Concertada de Acogida e Inclusión social de personas solicitantes de Protección Internacional que cuenta con el apoyo del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Aquí compartimos una galería de algunos de los momentos del taller: