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Actualizado hace 2 años – Publicado el 7 de enero de 2021
por Agustín Olías*
Hoy he entrevistado, telefónicamente, a Karim (por deseo del entrevistado usamos este nombre ficticio). Ha sido una pena no poder hablar con él cara a cara, pero creo que merece la pena oír su historia porque nos puede ayudar a entender mejor a estos jóvenes que arriesgan mucho para buscar un futuro mejor.
Pierden parte de su juventud, arriesgan sus vidas, caminan por el filo de navaja, con pocas posibilidades de rectificar si toman una decisión equivocada o si, simplemente, la diosa Fortuna no les acompaña.
Karim: Nací en Nador, al norte de Marruecos. Cuando tenía quince años pasé la frontera de Melilla y allí estuve unos dos años y pico, hasta que cumplí los dieciocho años y tuve que salir del centro de
menores. Con los “papeles” en regla pude pasar a Málaga, en barco.
Antes de continuar, ¿Qué es lo que te impulsó a venir a España?
Yo allí trabajaba y estudiaba, pero el futuro lo veía muy mal. Decidí venir a España porque pensaba que tendría un futuro mejor, con más posibilidades de trabajar y poder enviar dinero a mi familia.
¿Tenías algún contacto en Málaga, algún familiar o amigo que te esperase?
No, no conocía a nadie. Estuve una semana en el albergue y luego me fui a Lepe, Huelva, a trabajar en el campo. Allí estuve dos meses. El trabajo era muy duro, recogiendo la fruta, pero pagaban mejor que en Marruecos. Volví a Málaga por el tema de los “papeles”, que caducaban.
¿Te dirigiste directamente a Málaga Acoge?
No, no sabía nada de Málaga Acoge. Primero fui a Calor y Café y allí me dieron su dirección y me dijeron que allí quizás me podrían ayudar. En Málaga Acoge hablé con Jesús (técnico del Área de Jóvenes). Él me trató muy bien y estoy muy agradecido tanto a él como al resto de gente de Málaga Acoge, porque me han ayudado mucho.
Y aquí, en nuestra organización, la “maquinaria” se puso en marcha. Se consiguió que Karim entrase en el programa de pisos de acogida para jóvenes extutelados. Esta situación les da un “pequeño gran respiro” a
los jóvenes. Les permite disponer, temporalmente, de un espacio donde sentirse seguros, tener las necesidades básicas cubiertas, formarse, relacionarse adecuadamente con su entorno y, también, diluir la tensión constante de una vida de supervivencia básica, pudiendo pensar en su futuro en una clave diferente.
Oigamos las palabras de Karim sobre el tema:
Entré en el programa de pisos de acogida, gracias al cual tengo alojamiento, comida, algo de dinero para comprar ropa, ir al peluquero u otras cosas necesarias y me han facilitado formación.
La primera formación a la que me apuntaron fue a clases de español. De esto hace ya un año y medio. He hecho dos cursos de formación profesional, uno de Camarero y otro de Relaciones Públicas. Ha sido una lástima porque con el problema del Covid no he podido hacer prácticas. La verdad es que todo ha sido muy difícil durante este año por la pandemia.
De estos cursos que has hecho, ¿cuál te ha gustado más? En otras palabras, ¿de qué preferirías trabajar, de camarero o en atención al cliente?
No sé muy bien qué decirte, porque no he tenido la oportunidad de hacer las prácticas en ambas
cosas, pero creo que me gustará más ser camarero.
Hablemos ahora del piso. ¿Hasta cuándo puedes estar en el piso de acogida que gestiona Málaga Acoge?
Yo no lo sé. Pero si no consigo trabajo y me tengo que marchar del piso, no tengo adonde ir ni dinero para pagarme otro alojamiento. No sé qué haría.
Tras estos cuatro años de estancia en España, y a pesar de la incertidumbre que puedas tener, ¿cómo te sientes? ¿Te arrepientes de haber salido de Nador y de haber venido a España?
No, no me arrepiento. Ahora me encuentro bien y estoy contento de estar aquí. Creo que si hubiese seguido en Marruecos no podría haber estudiado lo que he estudiado aquí.
En un futuro, dos, tres, cuatro años, ¿dónde te ves?
A mí me gustaría seguir en España, aquí, en Málaga. Aunque si pudiese elegir me gustaría estar en Torremolinos; me parece un sitio más tranquilo.
¿Has vuelto a Marruecos durante estos años?
Sí, he vuelto un par de veces, pues mi hermano está enfermo. Además, también quería ver a mi familia y a mi novia a la que conozco desde que yo vivía allí. Mi familia está contenta de que yo esté aquí, pero les alegra mucho verme.
La historia de Karim es un fiel reflejo de la realidad de muchos jóvenes marroquíes que buscan un futuro mejor fuera de su país. Si entrevistase a los compañeros de piso de Karim, posiblemente encontraría elementos comunes, deseos similares, mismas necesidades, pero cada uno con su historia personal.
Muchas gracias Karim por compartir con nosotros tus vivencias.
Karim vive en un piso de acogida junto a otros cuatro jóvenes extutelados en Málaga capital, una vivienda que mantenemos en el marco del proyecto de Apoyo a menores de centros de protección de menores financiado por el Ayuntamiento de Málaga.
Agustín Olías es miembro de la Junta Directiva de la asociación y voluntario en el Área de Comunicación y Sensibilización de Málaga Acoge.
La imagen que acompaña al texto es un dibujo de María Jaime, artista colaboradora de nuestro proyecto Artistas Acoge. Se titula «Buscando un destino».
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