Actualizado hace 10 años – Publicado el 26 de junio de 2014
Por Agustín Olínas, voluntario del Departamento de Comunicación de Málaga Acoge:
Es un mañana especial en la sede de Málaga Acoge en la calle Bustamante: celebramos la fiesta fin de curso de las clases de español. Serán sesenta personas las que recojan sus diplomas, aunque han sido muchas más, unas ciento sesenta, las que han pasado por las clases desde octubre de 2013. Pero antes de seguir, un reconocimiento especial a las personas voluntarias que se han encargado de impartir las clases.
Si tuviese que elegir la palabra del día, sería agradecimiento. Ha sido empleada por muchos de los asistentes, tanto alumnos como profesores. José Tomas, profesor jubilado, voluntario desde hace cuatro años, recordaba la frase que le dijo uno de sus alumnos: “Yo vine aquí sin saber pedir ni un vaso de agua”.
Carmen Espeja, coordinadora de las clases de español y vocal del Área de Educación de la Junta Directiva de Málaga Acoge, se encarga de inaugurar el acto. Nos da la bienvenida y cede la palabra a Adela Jiménez, presidenta de la asociación. Aunque reina un respetuoso silencio, se nota que no es un “acto oficial”: es más bien una reunión de amigos.
Comienza la entrega de diplomas. Hay mucha emoción y agradecimiento latente entre profesores y alumnos. Los abrazos se prodigan. Pero también hay momentos divertidos, como cuando Adela “se atasca” pronunciando apellidos casi impronunciables. La mayoría de alumnos son mujeres y han venido muy elegantes, algunas acompañadas de sus pequeños.
Dolores Fernández, voluntaria y profesora, toma la palabra, dando las gracias a los alumnos por lo mucho que ellos nos han dado. A continuación se inicia otro emocionante momento: cada alumno lee una frase que ha escrito. Son cortas, sencillas, cargadas de gratitud. Para algunos supone un gran esfuerzo leer esa simple frase. Partiendo de cero, han aprendido el abecedario, los sonidos de las letras, las palabras, construir frases sencillas. Un hombre marroquí se atreve, incluso, con un breve discurso. Nos dicen, también, las palabras que más les gustan en español: ayudar, cariño, muchas gracias, trabajar, amor, guapo, amiga, suerte, futbol…
Cuando llevamos ya una hora de celebración, siguen llegando participantes de las clases de español. Algunos niños se empiezan a poner nerviosos, ¡quieren comer! Demasiada paciencia están teniendo. Una tentadora mesa llena de comida y bebida (cada uno ha traído lo que ha podido) nos espera.
Y así, con este informal ágape, termina esta entrañable celebración de fin de curso. Con mucha satisfacción por parte de las personas voluntarias por su trabajo realizado. Y con mucho agradecimiento por parte de todos, alumnos y profesores, porque todos han dado algo de sí mismos, de su forma de ser, de su sabiduría, de su cultura, de su “humanidad”.
_________________________________________________________
OTRAS ACTIVIDADES DE MÁLAGA ACOGE