A Yasmin, de 18 años, le gustaría montar su propia gestoría, poner en marcha un negocio en el que sea su propia jefa. Está estudiando un grado medio de administración de empresas y desde diciembre en una de las chicas que Málaga Acoge y Asimas apoyamos a través del proyecto Xena de acompañamiento a mujeres procedentes del sistema de protección de menores.
«Quiero tener una vida estable. Una casa, un trabajo con el que me pueda mantener y mantener a mis hijos si los tengo en un futuro», dice esta joven malagueña que pasó casi un año y medio en un centro de menores: «Estaba bien. Allí te ayudan los educadores. Lo que pasa es que no estás con tu familia». Confiesa que a veces se sentía sola y que fue «peor» durante el confinamiento, en el que no podía haber visitas y tenía limitado el tiempo de llamadas: «Tengo mucha familia y tenía que elegir con quién hablar. Repartir diez minutos para tres personas…eso me costaba muchísimo». De su paso por el centro de protección valora el apoyo de las «psicólogas y trabajadoras sociales» pero advierte de que en sólo un año y medio como ella estuvo «es muy difícil preparar a una persona para ser independiente».
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Yasmin «estaba loca» por salir del centro al cumplir la mayoría de edad y volver de nuevo a vivir con su madre, pero la situación no había mejorado y no fue posible. Actualmente duerme en la residencia de estudiantes la mayor parte de la semana y está en la casa de acogida de Asimas viernes, sábados y domingos.
«He luchado mucho. Tengo un carácter demasiado fuerte por todo lo que me ha pasado», afirma Yasmin, quien reconoce que tiene «bastantes problemas» porque no le «gustan las normas» y «a veces se enfada por cualquier cosa y alza la voz demasiado».
Tiene novio y dice que le ayuda mucho. «Mi novio me apoya en casi todo. Él está buscándose la vida. Tenía un contrato en un restaurante y, como ahora han cerrado, ha encontrado trabajo en una obra».
Sobre sus estudios, Yasmine se lamenta de que no le están yendo muy bien. «Tengo que entregar un proyecto de empresa», le contaba a nuestra compañera Aida, técnica de Área de Empleo de Málaga Acoge, que la está apoyando tanto en la parte formativa como laboral.
Aida también está viendo opciones para que pueda hacer las prácticas de sus estudios con alguna de las empresas colaboradoras de Málaga Acoge, de forma que pueda seguir con su meta de cursar un grado superior de gestión y administración de empresas.
Sobre su vida en casa Asimas, Yasmin dice que la relación con las educadoras y el resto de las personas es buena y que si tuviera más tiempo le gustaría, como Laila, otra de las chicas que apoyamos en el proyecto junto a Oumaima, hacer voluntariado. Valora que en la casa ha aprendido a cocinar un poco y recuerda que «estuvo muy guay» cuando un domingo fueron todos al Jardín Botánico, un lugar al que «nunca había ido», aunque vivía cerca.
Yasmin conserva malos recuerdos de cuando era pequeña, porque le hacían bulling en el colegio, porque su madre no podía cuidarla bien, pero también los tiene buenos: «los mejores momentos eran en verano, en fin de semana, cuando mi familia iba a la playa. Todos juntos».
El proyecto Xena Acompañamiento a mujeres procedentes del sistema de protección de menores cuenta con el apoyo de la Fundación «la Caixa».