por Agustín Olías*
«Soy maestra, toda mi vida de maestra, no he hecho otra cosa que ser maestra y cuando me jubilé seguí siendo maestra. Eso es lo que soy».
Así de clara y rotunda se define Esperanza, voluntaria de Málaga Acoge, con quien esta tarde me he reunido en el Colegio San José de Calasanz de Málaga, donde colabora con nuestras técnicas en su tarea de apoyo escolar. Esperanza se apuntó como voluntaria en Málaga Acoge en enero del año pasado, en cuanto se jubiló. Y nos explica por qué lo hizo:
«Cuando todavía estaba trabajando, participaba como voluntaria en una asociación que trabaja con los niños de oncología del hospital Materno Infantil de Málaga. Estuve mucho tiempo allí, iba por las tardes y estaba bien. Lo que pasa es que faltaba un poco de organización, porque a veces éramos más personas voluntarias que niños a los que atender. Entonces a veces había días que tenías poco que hacer. La actividad se hacía en el Materno y claro, durante la pandemia todo se suspendió, porque en el hospital no podía entrar nadie. Aproveché ese parón para buscar otra actividad, porque yo quería seguir haciendo algún voluntariado con niños. Cuando yo trabajaba de maestra, algunas madres de alumnos me habían hablado de Málaga Acoge».
¿En qué colegio estabas?
«En el Gloria Fuertes, donde he estado los últimos diez años, que por cierto, está pegado a éste. Las madres me contaron cómo les ayudaba, las actividades que hacían para los críos. Me gustó lo que me contaban e inmediatamente después de la jubilación eché la solicitud para voluntariado en Málaga Acoge».
¿Con qué cursos estás trabajando?
«Aquí tenemos niños de todos los niveles. Este año estoy con dos grupos; el primero, que se va a las seis de la tarde, es de niñas y niños de quinto y sexto, de edades entre once y doce años. El grupo que tengo ahora, que se han quedado con Natalia (técnica de Málaga Acoge), mientras te atiendo a ti, son más pequeñitos, de primero, segundo y tercero. Esos son de seis años en adelante».
¿Cuántos días vienes a la semana?
«Estoy aquí dos días a la semana, martes y jueves. Málaga Acoge está más días en el colegio, pero a mí me dijeron que escogiese dos días y esos son los que escogí». Esperanza me comenta que siente una felicidad extra porque hay niños en estos grupos que han sido alumnos suyos.
¿Qué te parece esta actividad de ayuda escolar que realiza Málaga Acoge?
«Me parece muy importante y muy bien. Porque son niños a los que, en la mayoría de los casos, el problema del lenguaje les supone una dificultad añadida. Hay niños que aunque han nacido aquí, sus padres son extranjeros y en su casa se habla el idioma que sea, rumano, marroquí, el que sea… Con lo cual ellos tienen muchos problemas de vocabulario y de lenguaje, aunque sepan hablar español. Además, pertenecen a familias de un nivel socioeconómico muy bajo y eso incide en que, bueno, son niños cuyos padres no están pendientes de ellos, de su educación, porque tienen que trabajar o lo que sea. Algunos son niños que están muy dejados, no tienen estímulo en la casa».
¿Reaccionan bien aquí?
«Sí, ellos están muy contentos, es como si no estuvieran en clase, no sé, están contentos, hacen sus deberes, lo cual les quita una carga, porque luego en su casa no tienen quien les ayude. Además, siempre tenemos un ratito de juego, de entretenimiento».
Me imagino que a la familia también le viene muy bien.
«Te diré, para la conciliación viene fenómeno. En el colegio hay actividades extraescolares, pero terminan a las seis y estos niños que están con nosotras ahora se van a casa a las ocho. Y eso les viene muy bien a las familias. Muchos padres de estos niños trabajan en varios trabajos, o madres que van de casa en casa limpiando y si ya tienen una vida muy desestructurada, tener un sitio donde dejar a los niños es un alivio importante».
En cuanto a la variedad de nacionalidades es grande. Aunque a los críos les da igual, no tienen ningún problema ¿verdad?
«A ellos les da igual que sus compañeros sean rumanos, ucranianos; hay muchos de familias hispanoamericanas, también marroquíes, y de otros países de África. Les da igual, pero también son conscientes de ciertas diferencias, por ejemplo, cuando llega la Navidad alguno te dice que él no celebra la Navidad porque es musulmán».
¿Piensas seguir mucho tiempo con este voluntariado?
«Todo lo que me dejen y el cuerpo aguante. El año pasado parecía que esta actividad se iba a terminar y yo pensaba, pues vaya, ¡qué faena!»
Si se acabase esta actividad, podrías buscar otra actividad en Málaga Acoge, ¿no?
«Cuando me dijeron que esta actividad se podía terminar, pregunté y me hablaron de Arrabal, así que pensé en irme a Arrabal, me da igual un sitio que otro, lo que me gusta y quiero hacer es trabajar con niños y niñas, ayudarles en lo que yo pueda. Ten en cuenta que lo que yo sé hacer es ser maestra, pero vaya, que también puedo hacer otra cosa. De hecho, antes de venir a Málaga Acoge pregunté en otras organizaciones, pero el voluntariado era ocuparse de la tienda y yo preferí la actividad con los chavales».
Durante este año y pico que estás en Málaga Acoge trabajando con críos, ¿has tenido algún caso que te haya motivado especialmente?
«Sí, por ejemplo, este año ha entrado una familia que no estaba el año pasado. Los críos tienen un nivel académico fatal, fatal, aunque se supone que han tenido que estar escolarizados. Pero faltan mucho a clase, creo que hay algo de dejadez por parte de la familia. Les dices, mira, que no falten al cole, que les viene muy bien venir. Y te dicen, no si mi niño no falta, y tú llegas a la conclusión de que les da igual».
¿También hay niños españoles en estos grupos de Málaga Acoge?
«A mí me extrañó al principio, porque si era Málaga Acoge, ¿por qué había españoles? Pero sí, también hay españoles. Porque esta familia de la que te hablaba antes son españoles. Yo creo que lo solicitan y si hay una plaza libre, se la conceden».
¿Alguna cosa que contarme sobre la propia organización Málaga Acoge?
«La verdad es que yo estoy muy contenta con las actividades que realizamos y con las compañeras que tengo, Amparo, Natalia y Javi, pero reconozco que sé muy poco del resto de actividades de Málaga Acoge».
Tienes que asistir a la Asamblea General que se hace cada año.
«Es cierto. Pude haber ido el año pasado, pero no fuí. Me lo apunto para este año».
Muchas gracias Esperanza por tu voluntariado con las niñas y niños.
*Agustín Olías es voluntario de Comunicación de Málaga Acoge.
El apoyo que se brinda a los niños y niñas se inscribe en nuestron programa CaixaProinfancia de Fundación La Caixa.