Actualizado hace 3 años – Publicado el 14 de febrero de 2018
por Agustín Olías
Estamos en el CEIP Prácticas número 1 de la ciudad de Málaga, donde Málaga Acoge desarrolla una parte de sus actividades apoyadas por Caixa Proinfancia de la Obra Social «la Caixa». Voy a hablar con María Jesús del Pino, voluntaria de nuestra organización a quien conocí en la pasada entrega de regalos de Navidad a nuestros niños y niñas de Málaga. Es una voluntaria experta, pues lleva ya tres años colaborando con Málaga Acoge y sus comentarios pueden ser muy interesantes:
María Jesús nació en Málaga, donde estudió Magisterio y después Psicología, especializándose en Ciencias Humanas. Ella nos explica cómo transcurrió su vida laboral:
Nada más terminar mis estudios me puse a trabajar y la verdad es que, a partir de ahí, he estado toda mi vida trabajando. Empecé en el sector del transporte, pasando por varios trabajos, hasta el último que fue en una empresa francesa que se dedica a dar clases a domicilio, donde era la directora para Andalucía. Mis trabajos siempre han estado relacionados con temas administrativos y de gestión.
Teniendo el título de Magisterio, ¿no te atraía la formación?
Sí, claro que sí, pero me iban saliendo otro tipo de trabajos que me convenía aceptar por motivos económicos; en algún momento pensé en las oposiciones, pero la verdad es que tras tantos años estudiando, no me apetecía demasiado estudiar más para prepararlas, era un reto muy grande.
Por lo que me has dicho, ahora no estás en el mercado laboral ¿Cuándo y por qué decidiste trabajar como voluntaria?
Yo soy viuda y cuando terminé en mi último trabajo inicié un periodo de reflexión: con la pensión de viudedad de mi marido, el desempleo y con los hijos ya independizados, pensé que no necesitaba un salario y que era el momento de hacer lo que realmente me gustaba: dar clases. Y eso lo encontré a través la Fundación La Caixa.
¿Cómo fue eso?
Mi marido trabajaba en La Caixa y yo conocía el trabajo de su Fundación. Estuve mirando sus programas y allí, ¡oh sorpresa!, me encontré con Málaga Acoge. A través de Internet me informé de la actividad de la organización, me acerqué por su sede, me gustó lo que vi y acepté lo que me propusieron: “Ven un día, prueba el trabajo de voluntariado y, si te gusta, continúas”. Tres años después, aquí sigo.
¿Qué trabajo de voluntariado estás realizando en Málaga Acoge?
Desde el principio he estado en el área de Educación, con los proyectos de Caixa Proinfancia. Actualmente vengo dos días a la semana, los jueves con refuerzo educativo y los viernes con actividades más sociales y de entretenimiento, que incluyen salidas por Málaga que es, precisamente, cuando necesitamos más personas voluntarias que nos ayuden a controlar a las niñas y niños.
Y tras estos tres años, ¿estás contenta del trabajo que realizas como voluntaria? ¿Sigues con la misma ilusión del primer día?
Sí, sigo enganchada. Lo que voy a decir es un estereotipo, pero en mi caso es la pura verdad: uno se piensa que puede aportar cosas cuando empieza un voluntariado de este tipo, pero al cabo del tiempo se da cuenta de que ha recibido más valores y experiencias positivas de las que ha aportado. Durante estos tres años he aprendido mucho de mis compañeras de voluntariado, de las técnicas de Málaga Acoge, de los chavales con los que he trabajado, de sus familias, que son gente que vive de forma muy diferente a la nuestra. Por ejemplo, este año estamos trabajando con un grupo de niñas y niños sirias con quien al principio teníamos muchísima dificultad, principalmente por el idioma, que es una gran barrera para comunicarse. Venían muy cerradas, con prejuicios a la hora de estar con niñas de otras nacionalidades o, por ejemplo, no darse la mano entre niñas y niños, no querían nada de contacto. Yo pensaba, “vaya curso más complicado que vamos a pasar”, pero si los ves ahora, pocos meses después de su llegada, alucinarías, han cambiado radicalmente a mejor, son muy tiernas.
Por lo que me has comentado antes de la entrevista, has estado colaborando en otros proyectos solidarios. ¿Qué es lo que te hace “ser fiel” a Málaga Acoge?
Hay algunos proyectos que he abandonado, pero hay algún otro de Fundación La Caixa en el que sigo colaborando, como Námana, el programa Agua de Coco que se desarrolla en Madagascar. Ahora que tengo tiempo, me encanta utilizarlo en ser útil a los demás. Contestando a tu pregunta, te diré que yo valoro y respeto la educación en valores, pero me gusta mucho más un sistema respetuoso con la diversidad de credos y culturas, abierto a todo tipo de gente, y eso, yo creo, es lo que se hace en Málaga Acoge, por lo menos en lo que yo conozco de su trabajo con gente joven. Aquí conviven niñas y niños de diferentes nacionalidades, creencias y culturas, sin dar dramatismo a las diferencias. A veces, cuando se educa en valores, se inculcan los nuestros, los occidentales, sin tener en cuento los de otras culturas.
Para finalizar, ¿puedes ofrecer un comentario a las personas que estén pensando en hacerse voluntarias de Málaga Acoge?
Les diría que van disfrutar muchísimo, que van a aprender muchas cosas; hasta que no entras en un sitio como Málaga Acoge no te das cuenta, como antes te decía, de que vas a recibir mucho más de lo que vas a dar. Es la realidad.
Muchas gracias a María Jesús por el tiempo que nos ha dedicado y ojalá sigas desarrollando labores de voluntariado durante mucho tiempo, para poder seguir dando y recibiendo.
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