Por Mar Tello*
Clara María Palacios Gámez conoció Málaga Acoge hace siete años cuando buscaba alguna persona que les ayudara a cuidar de su madre enferma. Su madre ya ha fallecido y el piso que ésta tenía en el centro de Torre del Mar está habitado ahora por familias acogidas al programa Tarhib de protección internacional. Clara, procedente de Benamargosa, pero con domicilio en la población costera, iba de pequeña a veranear a Torre del Mar hasta que su familia se trasladó definitivamente allí sin por ello perder los lazos con su pueblo de origen. Trabaja en una empresa frutícola de la comarca y tiene tres hijos. Pero lo que mejor la define es que encarna el espíritu de cordura que Málaga Acoge pone en práctica como parte de su ideario e identidad.
Hablamos con Clara una mañana de verano y sus respuestas a nuestras cuestiones no son grandilocuentes, sino que hacen gala de la sencillez y naturalidad de una ciudadana comprometida con su tiempo y con las circunstancias que nos rodean.
Clara, ¿por qué quisiste alquilar tu vivienda a personas del programa de acogida de Málaga Acoge?
Varios miembros de mi familia emigraron; mis tíos y mis abuelos se marcharon a Alemania, Francia y Argentina para buscar un futuro mejor. Yo no veo la sociedad como una competición, se trata de que todas las personas tengan unas mínimas condiciones de vida. Nunca se sabe lo que el futuro nos puede deparar, a cualquiera de nosotros le puede tocar tener que marcharse de su país por las circunstancias que sea.
Me gusta que mi vivienda esté dedicada a este proyecto. Mucha gente no me entiende y me advierten de que puede entrañar algunos riesgos. No lo creo. Tenemos a veces una visión extraña de las cosas, solo hay que ponerse en el lugar de las personas. Cuando a mí me han ayudado, siempre me he sentido muy agradecida y creo que eso será lo que suceda con las personas que viven en mi casa. El agradecimiento solo trae cosas buenas, nada negativo.
¿Conoces a la familia que vive en tu casa?
No la conozco, solo sé que llegan y se marchan personas con necesidades vitales
importantes.
¿Crees que las ayudas estatales a este tipo de proyectos son suficientes?
Claramente se deben fomentar más. Aunque no las veamos, estamos rodeados de personas con necesidades. Además, la pandemia ha hecho mella en la sociedad y he visto en mi entorno personas que se han visto afectadas a todos los niveles, tanto económico y laboral como psicológico. La ayuda entre vecinos ha sido vital y no entiendo la discriminación en ese aspecto.
España es un país solidario, pero se necesita más ayuda económica para acciones sociales. Tengo la impresión de que el dinero no va bien repartido, porque para algunas cosas siempre hay presupuesto. Quien más lo necesita, recibe menos. Siempre habrá una minoría que se intente aprovechar de las ayudas, pero esas personas están en toda la sociedad y son las menos.
¿Colaboras con alguna organización? Antes de ser madre, sí lo hacía en Málaga, pero ahora no puedo. Mis hijos tienes 12, 13 y 16 años. Mi manera de colaborar hoy día es con una vivienda que no necesito en estos momentos. Mi contrato con Málaga Acoge no tiene fecha de caducidad.
En Torre del Mar contamos actualmente con cuatro pisos que acogen a familias en la primera fase del proyecto Tarhib, en la que esperan la resolución de su solicitud de asilo. Málaga Acoge lleva a cabo este programa con el apoyo del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones (Dirección general del sistema de acogida de Protección Internacional y Temporal) y la cofinanciación del Fondo Social Europeo). En total, estos pisos pueden acoger a veinte personas, cinco por vivienda. Su procedencia y circunstancias personales son variadas, tan variadas como los conflictos y situaciones difíciles que se viven en países como Venezuela, Rusia, Afganistán o Marruecos.
Málaga Acoge gestiona en este proyecto desde 2017 y la búsqueda de pisos de alquiler resulta muy complicada por varias razones, entre otras la escasez de oferta a precios razonables. En general, la dificultad para encontrarlos es un escollo importante al ejecutar el programa. Además, la entidad se ocupa de otras cuestiones para atender las necesidades vitales y básicas de estas personas llegadas a nuestro país. Clara es un eslabón imprescindible para que los procesos de integración de personas que buscan un futuro mejor se cierren con dignidad. Clara es la cordura de una sociedad que, a veces, pierde el norte.
*Mar Tello es voluntaria de Comunicación de Málaga Acoge