Por Agustín Olías
Septiembre finaliza, el verano se acaba, pero el otoño nos trae también muchas cosas buenas, como es el comienzo de las clases de español para personas inmigrantes que, todos los años, organiza Málaga Acoge. Sabemos la importancia que tiene para estas personas el hablar español; si no, ¿cómo se van a integrar en la sociedad española?, no encontrarán trabajo, no podrán estudiar, no se relacionarán con su entorno…., de ahí que esta actividad se repita año tras año en Málaga Acoge y sean muchas las personas inmigrante que se apuntan y benefician de ella.
El martes 27 de septiembre me acerqué a nuestra sede en calle Bustamante de la capital malagueña, para ver qué ambiente se respiraba en este segundo día de inscripciones para los cursos. Me recibe nuestro profesor y voluntario Alfonso, quien se encarga de organizar la recepción de personas, darles un número para que haya cierto orden, pedirles la documentación y enviarles a la mesa donde serán atendidos.
Me sorprende lo tranquilo que está esto, acostumbrado a ver mucha gente cuando de los cursos de español se trata. Alfonso tiene la sensación de que solo están viniendo los “nuevos”. Él cree que las antiguas y antiguos alumnos van a aparecer directamente el 6 de octubre, que es cuando comenzarán las clases. ¡Y eso va a significar un buen lío ese día!
El único requisito para inscribirse es tener un documento legal (DNI, pasaporte, tarjeta de residencia, carnet de conducir….) ¿Por qué esta necesidad de identificación? Alfonso me explica que, al final del curso, se da un certificado “oficial”, donde deben constar los datos del alumno. A partir de aquí, los interesados mantienen una reunión personal con nuestras voluntarias, con el objetivo de apuntarles al grupo más adecuado, según su nivel de alfabetización y de español.
Para conocer cómo se desarrolla una entrevista, pido permiso a Tere Cobos, veterana voluntaria profesora, para estar presente en una de ellas. La futura alumna se llama Dévora, lleva siete años en Málaga, habla un español muy básico. Quiere hacer un curso de atención a mayores, pero necesita saber más español. Con mucha paciencia y cariño, Tere va formulando las preguntas necesarias para rellenar el cuestionario “Prueba de nivel”, que permitirá distribuir a las alumnos y alumnas en los niveles 01, 02, A1 o A2.
La idea es repetir los días y horarios del curso pasado: martes y jueves, mañana y tarde. Pero todo dependerá del número de alumnas y alumnos que se inscriban y, muy importante, de la disponibilidad de personas voluntarias.
Una señora magrebí me enseña su DNI español; lleva más de diez años en España, pero su español es muy básico. Es una situación recurrente, me suena de otras entrevistas hechas a mujeres marroquíes, quienes llevan tiempo en España pero que no han necesitado “salir de casa” hasta que la crisis ha dejado sin trabajo al marido o, por otras razones, se encuentran solas y tienen que ganarse la vida.
En este continuo movimiento de gente que llega a la sede de Málaga Acoge, me encuentro con una ciudadana de Zimbabue que con una amplia sonrisa me pregunta dónde tiene que acudir para apuntarse. Empuja un cochecito donde duerme su precioso bebé, situación que será habitual en nuestros cursos de español: madres que acuden con sus bebés, pues no tienen dónde dejarlos. Según me explica en un español aceptable, ella ya es antigua alumna, pues el año pasado vino a clases. Pero a su marido le salió un trabajo en Villanueva (sin especificar cuál de ellas) y se fueron a vivir allí. Ahora han vuelto y quiere retomar sus clases.
En resumen: el próximo 6 de octubre empezarán las clases de español en la sede de Málaga Acoge en la calle Bustamante, los lunes y martes, con turnos de mañana y tarde, aunque los grupos y horarios definitivos saldrán según el número de alumnas y alumnos que se apunten y la disponibilidad de profesoras y profesores. Hay que hacer notar que las clases de español de Málaga Acoge las imparten solamente personas voluntarias. Y que esta actividad se hace en todas las sedes de la asociación: Fuengirola, Torre del Mar, Antequera y en esta de Málaga donde he realizado este breve reportaje.
¡Muchas gracias a Tere Cobos, Luisa María Ruíz y Carmen Espeja (que ejercen, además de profesoras voluntarias, de coordinadoras), a Alfonso, estupendo cicerone, y a las más de veinte profesoras y profesores voluntarios que harán posible la realización de estos cursos!
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