por Agustín Olías*
Hoy he entrevistado a Miguel Ángel Rodríguez, voluntario de Málaga Acoge en Fuengirola, donde imparte clases de español a un grupo de personas que apoyamos. Aunque decir “donde” no es del todo cierto, porque las clases son en línea, a través de internet.
Antes de continuar, conozcamos a Miguel Ángel a través de sus propias palabras:
Nací en Marchena, pueblo de la provincia de Sevilla, hace cincuenta y cuatro años. Puedo decir que siempre he sido maestro pues a los veintidos años ya estaba trabajando, primero en un colegio concertado, luego aprobé la oposición, pasé a la pública y así hasta ahora. Actualmente vivo en Morón de la Frontera, también de Sevilla, donde tengo la plaza.
¿Cómo te iniciaste en el voluntariado?
Todo esto empezó en Proclave Bética, una ONG de los Salesianos de Sevilla. Había un grupo de personas que iban todos los veranos a San Isidro de Níjar, en Almería, a hacer una semana de voluntariado. Me enteré de esta actividad y me apunté. Se trabajaba con personas inmigrantes y realizábamos diferentes actividades, unos iban a las casas para ayudar en la limpieza, otros a los asentamientos, dar clases de informática y de español, porque estas personas eran principalmente marroquíes y subsaharianas. Al ser yo maestro me encargaron las clases de español. Y ahí se origina mi actividad de voluntariado.
¿Cómo conociste Málaga Acoge? Cuando empecé a trabajar en Fuengirola, busqué qué tipo de voluntariado podía realizar en la zona, me había picado el gusanillo. Encontré Málaga Acoge, me presenté en la sede, hice la entrevista previa, me admitieron e hice el curso de voluntariado. Allí había una voluntaria que daba clases de español para extranjeros, pero se tenía que operar del riñón y estaría varias semanas de baja. Estuve varios días con ella en sus clases, para ver cómo funcionaba aquello y cuando ella ingresó en el hospital yo me quedé como profesor de español. De esto hace ya seis años. Miguel Ángel empezó con clases presenciales, pero llegó la pandemia y todo cambió. Hubo que adaptarse y comenzaron las clases de español “on line”. Tras la pandemia tuve que regresar a Morón para ayudar a mi hermana en el cuidado de nuestra madre.
Como yo quería seguir colaborando con Málaga Acoge, le propuse a María (técnica responsable de la sede de Málaga Acoge en Fuengirola) realizar las clases a través de internet. Le pareció bien y se lo propusimos a los alumnos. Como a varias personas les venía bien hacerlo así, por temas de horario de trabajo o de desplazamientos o comodidad de hacerlo desde su casa, a María le pareció bien probar, con un poco de incertidumbre, porque no sabíamos cómo responderían con las tecnologías de por medio. Empezamos y ya vamos por la tercera temporada.
¿Cómo lo hacéis? ¿Qué metodología usáis?
Usamos la aplicación Meet. A principio de curso envío a los alumnos un enlace y fijamos un día y una hora a la semana para que todos estemos conectados; esa sería “la clase”, que es el jueves por la tarde. También tenemos un grupo de Whatsapp, donde yo voy colgando las tareas que iremos haciendo semanalmente. También nos sirve para hacer expresión escrita, nos vamos escribiendo, les pregunto cómo están, me contestan y es una forma de ir practicando.
¿Los alumnos están en la sede de Málaga Acoge, conectados con ordenadores de la asociación?
No, ellos están en sus casas o donde sea. Tengo alumnos de La Cala, de Fuengirola, de cualquier parte de la zona. Al no ser presencial, se rompen las ataduras de espacio que tiene el tener que asistir a un aula física. Por ejemplo, te diré que hay un chico marroquí que trabaja en un garaje y se conecta desde el propio taller. Ha habido madres que, estando con sus hijos en un parque, se han conectado desde allí mientras los críos jugaban. Son las posibilidades que nos brindan estas tecnologías, hay que aprovecharlas.
¿Cuántos alumnos tienes en este curso?
Nominalmente creo que son doce, pero habitualmente suelen ser seis o siete los que se conectan, unas veces falta uno, otras veces otro, en fin, tienen sus vidas y no pueden asistir siempre. Están muy condicionados por sus circunstancias laborales y familiares. Por ejemplo, hay algunos que se han ido a Jaén durante la temporada de recogida de aceituna.
¿Cual es su nivel de español? ¿Es homogéneo en el grupo? ¿O hay de todo?
Podemos decir que conocen el idioma; es decir, no es la alfabetización que están dando otros compañeros a nivel presencial. En resumen, yo no estoy enseñando un nivel básico de español. Nos
centramos ya en el género, en el número, en la comprensión de la lectura, en el vocabulario, en los verbos, que les suele costar mucho…
Al principio, ¿tuvieron muchos problemas para conectarse, entender la aplicación?
Hay de todo. Por ejemplo, hay algunos alumnos que llevo con ellos dos o tres años y ya controlan muy bien este sistema. A otros los conocí en el formato presencial y luego siguieron conmigo en el modo online. Otros son nuevos en este sistema. Todos valoran la comodidad que supone el no tener que desplazarte al aula física. Usan muchísimo el móvil, en algunos casos son usuarios expertos. Cuando yo les mando los textos, ellos lo abren en el móvil y lo leen directamente, en fin, en general están muy sueltos en el uso del móvil. Me imagino que estás satisfecho con los resultados de tu voluntariado en Málaga Acoge, ya que repites. Yo estoy muy contento porque veo el avance que tienen, que es evidente. También es importante decir que ellos también te ayudan mucho a ti, te explican sus problemas, tenemos nuestros momentos de conversación. Por ejemplo, cuando alguien tiene que ir al médico, aprovechamos y trabajamos el tema de la salud, de las asistencia médica, y así tocamos temas que les suelen ser útiles en su día a día, como el transporte, las compras…, en general de su situación en España. Hablar de sus preocupaciones les ayuda, y a ti te ayuda a entenderlos y a ponerte en su lugar.
¿Qué vas a hacer cuando termine el curso? ¿Organizarás una fiesta en “línea” o presencial en la sede de Fuengirola?
Je, je, sí, la fiesta presencial se organiza todos los años, con la entrega de diplomas. Además tienen el detalle de organizarla el viernes para que yo pueda ir. Yo llevo un registro de mis alumnos y su asistencia on line, porque tienen que tener un número de horas mínimo para recibir el diploma. O sea, aunque sea on line, todos los jueves, que es cuando son las clases, paso lista.
Creo que estás contento de esta experiencia de dar clases a través de internet ¿Te gustaría cambiar a presenciales o no?
Yo creo que quizás, en algún momento, vuelva a Fuengirola y pase a dar las clases presenciales, o no, porque la verdad es que están dando muy buen resultado y para cierto tipo de alumnado son preferibles. Yo estoy tan satisfecho como si estuviera dando las clases presencialmente. Para mi el trabajo es el mismo y veo que los resultados son tan buenos como si fueran presenciales.
Para finalizar, ¿qué le dirías a alguien que está pensando hacerse voluntario de Málaga Acoge pero no termina de decidirse?
Lo más importante es que cuando tú eres voluntario, tú no ayudas, sino justamente al revés, te ayudan a ti. El conocer las vidas de otras personas, con las dificultades que han tenido y que tienen que superar, te ayuda a valorar lo que tú tienes, los pequeños detalles de tu existencia, tu día a día, y ver la fortuna que uno tiene por haber nacido donde ha nacido y de estar donde uno está. Para mi ese es el valor, la ayuda
que te están haciendo a ti.
Muchas gracias Miguel Ángel por tu voluntariado en Málaga Acoge y por el tiempo que nos has
dedicado en esta entrevista.
*Agustín Olías es voluntario de Comunicación en Málaga Acoge.