Yanina*, una mujer víctima de violencia machista que vivió hace cuatro años en el piso de acogida que mantenemos en Mijas, cuenta cómo ha rehecho su vida en este tiempo en el espacio Málaga Solidaria del periódico La Opinión de Málaga que compartimos con Asociación Arrabal, Incide, Prodiversa y Cruz Roja Málaga. Puedes acceder al artículo AQUÍ.
Soy Yanina y acabo de cumplir 35 años. Hace cuatro viví con mis dos hijos en un piso de acogida de Málaga Acoge después de separarme de mi primera pareja porque sufría violencia machista. Son momentos en los que tu mente está baja, necesitas crecer y fortalecerte. El apoyo de la asociación significó un montón para mí y mis niños, aunque si no hubiera puesto de mi parte no habría avanzado nada.
Fue una bendición, el cambio total que necesitaba. A mis hijos, que tenían entonces 4 y 8 años, les digo que vivir en el piso fue un paso para salir adelante, que necesitaba tener un trabajo, y que nos fuimos cuando logré un empleo porque debíamos encontrar solos nuestro propio lugar. El motor para alcanzar mis metas, el motor de todo fueron mis niños. Ellos dependen de mí y gracias a ellos salí adelante para garantizar su bienestar y estabilidad emocional.
Hice el curso de camarera de piso que organizaba Málaga Acoge y después de hacer prácticas en un hotel me contrataron y trabajé en este sector hasta finales de 2019. La última formación que hice fue la de atención al cliente para tener más variedad en el currículum a la hora de buscar un empleo. Fue justo antes del confinamiento, por lo que no pudimos hacer las prácticas previstas en un supermercado. Siempre que he podido he participado en los talleres del programa de apoyo a las mujeres y otras actividades de la asociación en Fuengirola. En la formación de camarera de piso hice una amiga marroquí que me invitó a su casa a celebrar el Ramadán. Es bueno porque conoces gente de otras culturas y suma a tu experiencia de vida. Málaga Acoge me ha ayudado mucho emocionalmente y en lo laboral y lo siguen haciendo. Me han visto abajo y arriba.
Antes no sabía dónde ir, qué hacer. Fue al año de llegar a España desde Argentina que decidí acabar la relación. Es difícil salir de una situación así. Ahora estoy mucho más tranquila. Tengo una nueva pareja y un tercer hijo, que nació hace cinco meses. Hemos creado una vida en medio de una pandemia. Ahora estoy bien con mi pareja, mi bebé y mis hijos. Si miro atrás veo que ha sido posible cambiar el rumbo y quiero decirle a las mujeres que me lean y estén pasando por algo malo que se animen a contarlo, que tengan esperanza, que con voluntad se puede salir, que se dejen ayudar, pero que depende de una misma decir basta. El círculo de violencia te anula como persona, no eres capaz de nada. Así que tienes que volver a empezar para poder pensar, decir, reírte, hablar con alguien sin tener miedo.
Ahora tengo muchas ganas de emprender algo con mi pareja o trabajar yo desde casa para poder cuidar más tiempo de mi bebé Luan, un nombre que significa luz. Terminé un curso de manicura y por ahí me gustaría empezar. También quiero retomar los estudios de Secundaria que dejé a falta de un año en Argentina y para lo que estuve yendo a las clases que daba Juan, un voluntario de Málaga Acoge.
«Has cambiado mucho, hija», me dice mi padre cuando habla conmigo por teléfono. No tengo nada que ver con lo que era antes. Quedan secuelas, pero ya no vivo con miedo. Me vi muy abajo en el mundo y ahora estoy creciendo.
(*) Yanina fue una de las primeras mujeres que vivieron en el piso de acogida que Málaga Acoge mantiene en Mijas en el marco del proyecto Sadhana con el apoyo del Ayuntamiento de Mijas y otras instituciones.
Ayúdanos a apoyar a las personas más vulnerables que lo están pasando mal en este tiempo de pandemia. Con tu colaboración contribuirás a mejorar la situación de muchas familias que atendemos en Málaga Acoge. Colabora AQUÍ.