Por Agustín Olías
Hoy vamos a conocer la historia de un joven que con esfuerzo, voluntad, trabajo y la colaboración de Málaga Acoge, está superando las duras pruebas que la vida le ha ido presentando. Su nombre es Chetachukwu, nigeriano, 26 años. Cheta, como le llaman sus amigos, llegó a Madrid “de buenas maneras”, cuando tenía 16 años. Vino con su tía, funcionaria del Ministerio de Asuntos Exteriores de Nigeria.
Cheta nos cuenta sus recuerdos de aquella época.
«Yo no quería venir. En Lagos, donde vivía, tenía a mi familia, a mis amigos y estaba a punto de terminar mis estudios de secundaria. Pero mi padre y mi tía insistieron en que viniera, que sería bueno para mi. Yo no sabía nada de España; me sorprendí cuando llegué y vi que aquí se hablaba español, no inglés como yo creía.»
Tres años después su tía volvió a Nigeria, pero él prefirió quedarse en España, quería acabar la etapa que había comenzado.
«Me vine a Málaga por recomendación de unos amigos. El poco dinero que tenía me lo gasté en el viaje; estuve viviendo en un piso con unos conocidos, pero el poco dinero que ganaba vendiendo cosas por la calle no me dio para mucho y acabé dejando el piso y viviendo en la calle. Aquello me desmoralizó muchísimo.»
Afortunadamente hoy vive en un piso gestionado por RAIS Fundación, junto con otros jóvenes en riesgo de exclusión social. Además, trabaja como camarero. Pero para llegar a esta situación, el joven Cheta tuvo que trabajar duro.
«Yo vivía donde podía. Durante un tiempo estuve en la caseta de un campo de fútbol de La Palmilla, a cambio de limpiar y guardar aquello. Allí, uno de mis amigos, me dijo que viniese a Málaga Acoge, que me podían echar una mano en muchos temas.»
Cheta habla y habla de lo agradecido que está a Málaga Acoge. A través del Área de Empleo de la organización ha hecho varios cursos (Camarero, Manipulador de alimentos, Calidad y atención al cliente, Búsqueda de empleo). Como no tenía los papeles en regla no podía hacer prácticas ni conseguir un contrato de trabajo. Con la ayuda de Málaga Acoge salió de la situación de calle en la que se encontraba y, desde marzo de 2015, vivió durante seis meses en un piso de acogida gestionado por nuestra organización.
Está muy contento porque el año pasado consiguió sacar el título de la ESO, uno de sus sueños. Pero es inquieto y además de estar trabajando como camarero, está haciendo el curso de Entrenador de fútbol, que tiene que pagar, ya no es gratuito. ¡Todo un avance en su forma de vida!
Uno de los temas que más agradece Cheta a Málaga Acoge es la ayuda que le ha prestado la organización en la resolución de un gran escollo en su vida: la regularización de su situación en España. Él nos lo explica.
“Tenía que hacer muchos trámites que yo no entendía y que han llevado mucho tiempo, como conseguir un certificado penal de Nigeria; aunque el mayor problema ha sido conseguir un contrato de trabajo. Pero gracias a Málaga Acoge ahora tengo el contrato, el permiso de residencia y mi pasaporte en regla”.
Cheta es una caja de sorpresas. Además de trabajar como camarero y estudiar para ser entrenador de fútbol, es voluntario de la Cruz Roja, dando apoyo a los niños y niñas hospitalizados en el Hospital Materno Infantil de Málaga.
Solo tiene palabras de elogio para Málaga Acoge: “Trabajan mucho para que las personas inmigrantes podamos llevar una vida lo más normal posible, dentro de la mala situación en la que nos encontramos. Es una muy buena asociación, que me ha ayudado muchísimo y a la que estoy muy agradecido”.
Me alegra haber tenido la oportunidad de conocer a Cheta. Le deseo lo mejor, que trabaje y gane el dinero suficiente para poder volver a Nigeria, a ver a su familia a la que no ve desde que se marchó de allí, hace ya más de doce años.
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