Actualizado hace 10 años – Publicado el 27 de febrero de 2013
Nos acercamos hoy a la sede de Málaga Acoge en la Axarquía para conocer a Ornella Doglio, docente de clases de castellano que también lleva a cabo unas interesantes iniciativas para enseñar español laboral.
Italiana de Turín, Ornella vive en España desde 1992. Siempre ha trabajado como secretaria con su compañero, que es abogado, pero ahora, ha decidido intentar conciliar mi auténtica pasión, la cocina, con su trabajo. “Junto a una amiga, también italiana, estamos pensando en un proyecto que nos entusiasma, estamos empezando y todavía no hay nada concreto, pero siempre es bonito luchar para realizar un sueño”, cuenta. A parte de la cocina, le gusta pasar el tiempo libre leyendo un buen libro; se confiesa una lectora compulsiva frenada por problemas de vista. También ama el buen cine y el teatro. Desde hace un año, también participa en las clases de español para personas inmigrantes en la sede de Málaga Acoge en la Axarquía.
¿Cuándo llegó a Málaga Acoge?
Acababa de volver a Málaga después de una estancia de cinco años en Barcelona, donde había cursado un Máster de enseñanza del español como lengua extranjera y también el CAP, periodo en el que realicé unos meses de prácticas en un instituto de Barcelona frecuentado en un 80 por ciento por personas inmigrantes de muy diversas nacionalidades. Gracias a esta experiencia, conocí de cerca las duras realidades de estos chicos y chicas y de sus familias. He intentado varias veces convalidar mi título universitario italiano pero nunca lo ha podido realizar por problemas burocráticos, lo que me ha dejado sin poder ejercer la enseñanza en España… Así que a la vuelta a Málaga me interesé por las diferentes entidades que impartían clases de español y encontré mi sitio en Málaga Acoge.
¿Cree que hay muchas trabas para las personas inmigrantes en España en general?
Desde luego, muchísimas. Ya he contado mis dificultades para convalidar mi título de estudio, y soy ciudadana comunitaria… Aquí las cosas no son fáciles, y para las personas extracomunitarias mucho más.
¿Cómo son las clases de español?
Por un lado, llevo el nivel de alfabetización de un grupo de personas que necesitan aprender a leer y escribir, además de hablar español. Por otro lado, impartimos, junto a mi compañera Make, un curso intensivo de español laboral, para quien domine ya un poco la lengua y necesite herramientas específicas enfocadas a la búsqueda de empleo y al mundo del trabajo.
¿Cómo son esas sesiones de español laboral?
Es una experiencia que va bien, intentamos organizar un curso por trimestre y, de cada uno de ellos, aprendemos y mejoramos. Intentamos aplicar las teorías del método comunicativo a la enseñanza del español laboral: utilizamos muestras de lenguas reales, creamos situaciones comunicativas auténticas en el aula para que el uso de la lengua sea significativo. Consideramos importante también llamar la atención sobre cuestiones pragmáticas y culturales, como el lenguaje no verbal, por ejemplo. Una lengua no es sólo su gramática.
¿Cuál es la relación con sus alumnos y alumnas?
Muy buena, de verdad. En clase se establecen dinámicas muy bonitas, de colaboración. Y hay agradecimiento mutuo, porque realmente todos aprendemos de todos.
¿Cómo valora la labor de Málaga Acoge?
Me parece una labor importantísima: ofrece apoyo, orientación, el asesoramiento de profesionales para favorecer la integración de las personas inmigrantes a la sociedad que las acoge. Es una labor muy necesaria.
¿Cómo animaría a más personas a participar como voluntarias en la asociación?
Por mi propia experiencia, puedo decir que no hay nada como sentirse útil para sentirse bien con uno mismo. Los voluntarios tenemos la oportunidad de ayudar a los demás y, a la vez, de desarrollar nuestras habilidades, de crecer como seres humanos, de abrir nuestros horizontes. Yo creo sinceramente que merece la pena.