Actualizado hace 7 años – Publicado el 17 de marzo de 2017
Noemí Góngora, trabajadora social en la sede de Málaga Acoge en la Axarquía escribió el pasado sábado en la Columna Solidaria de La Opinión de Málaga. Reproducimos aquí sus palabras en torno al Proyecto de Intervención Integral con mujeres en el Ámbito Social y Familiar que se lleva a cabo desde hace varios años en las sedes de Torre del Mar y Fuengirola. Podéis ver el artículo en su ubicación original aquí.
A punto de cumplir tres años, el Programa de Intervención Integral con Mujeres en el Ámbito Familiar, que se desarrolla en las sedes de la Axarquía y Fuengirola de Málaga Acoge, continúa con su pretensión de fortalecer el protagonismo de las mujeres en su proceso de emancipación.
Mujeres intentando encontrar su sitio en una sociedad donde el género, la raza y la clase social están interconectadas y te colocan arriba o abajo, en el centro o en los márgenes, en el lugar de los opresores o de las oprimidas.
Todas ellas deben territorializarse de nuevo no solo geográficamente hablando, sino desde la resistencia a los distintos impactos psicosociales derivados de su situación. Y es aquí, apoyando el papel de las mujeres en el diseño de parte de su biografía, donde este programa tiene puestas sus energías.
Si nos preguntamos por el perfil de las mujeres con las que se trabaja, no podemos obviar su pluralidad, ya que a menudo se las percibe como un todo unitario e indivisible (“la mujer inmigrante” como una formación imaginaria y no una realidad concreta). Por ello cobra especial importancia el diagnóstico participativo que hacen de sí mismas y no sólo el que realiza desde fuera el personal técnico. Consideramos imprescindible no caer en actitudes paternalistas ni patriarcales, anulando su capacidad de acción y decisión sobre sus propias vidas, naturalizando y perpetuando desigualdades.
El Programa contempla dos tipos de intervención (diseñadas con perspectiva de género) aparentemente independientes y sin embargo estrechamente vinculadas. Por un lado, incluye itinerarios individualizados con seguimiento y apoyo, orientación y asesoramiento en función de sus demandas y necesidades, respetando sus decisiones y siendo la técnica una figura que acompaña y no dirige. Por otro, complementa dichos itinerarios con acciones formativas grupales basadas en el aprendizaje colaborativo y la autoformación, donde desde el feminismo, el ecologismo y otros marcos teóricos aportan herramientas para atravesar el discurso hegemónico y patriarcal, politizando malestares.
Con ambas intervenciones, se pretende empoderar a las mujeres para deslegitimar discursos sexistas, misóginos, xenófobos, racistas, de clase, etc.., que oprimen y discriminan a las mujeres. Entre los principales objetivos del Programa está el proporcionar estrategias que contribuyan al establecimiento de redes de apoyo mutuo, a la independencia económica y emocional, a la capacidad para defender y elaborar posicionamientos críticos ante la desigualdad y en general, a aumentar su capacidad para revertir una situación de violencia estructural.
A lo largo de estos años de intervención hemos ido incorporando nuevas propuestas donde cabe destacar la participación de hombres en formaciones específicas sobre sensibilización en igualdad de oportunidades y prevención de violencia machista. Un reto con interesantes resultados que ha despertado inquietudes en ellos suficientes para establecer grupos de trabajo exclusivamente masculinos.
El objetivo con ellos radica en promover nuevos modelos de masculinidad, tomando como punto de partida la discusión sobre estereotipos hegemónicos, el cuestionamiento de privilegios y el proceso de construcción de identidades masculinas.
El balance del trabajo realizado con ellos nos hace reafirmarnos en la necesidad de promover políticas de trabajo e intervención comunitaria con enfoque de género, no solo contribuyendo al empoderamiento y autonomía de las mujeres, sino promoviendo el cambio social y cultural que pasa inevitablemente por la intervención directa con los hombres como gestores de cambio en una sociedad machista que excluye y somete a las mujeres.
En definitiva y ante la coyuntura en la que nos encontramos actualmente, con una situación de crisis estructural y unas políticas públicas que desplazan los intereses de las personas en pro de los intereses del capital, iniciativas como ésta se vuelven indispensables para recuperar modelos de vida que sea vivibles.
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